LA POESIA: UN PUENTE TERAPEUTICO PARA LAS PERSONAS MAYORES

Estephano Garrido Ortiz, Psicólogo +56981461998.

 

“Las Personas Mayores cumplen, en la mayoría de los casos, la función de la poesía, por no decir que son poesías andantes.”

 

“Escribir poesía necesita de un ejercicio casi espiritual, más que muchas palabras difíciles o vida bohemia. Lo que se requiere es la capacidad de contemplar la vida, de caminar siempre pendiente de cómo se desarrollan las cosas en el mundo que nos rodea.”

 

“Hay aspectos psicológicos en los que la poesía cumple una misión importantísima. Una de ellas, y la que más interesa a las Personas Mayores, es el fortalecimiento de la memoria… y funcionando de manera paralela, también colabora en la estimulación constante de los recuerdos.”

Versos literarios y versos de la experiencia, se encuentran en la búsqueda del significado de la vida.

 

Existe una especie de estigma contra la poesía, o eso es lo que ocurre en las generaciones actuales, donde es dejada de lado por bajo las novelas contemporáneas. Hay también, en suma, una creencia relacionada a la dificultad para comprenderla, y por ende, a veces para muchas personas, se torna algo medio sin sentido, con poco nivel de utilidad (algo que corresponde al nivel de utilitarismo de las cosas y las personas en la actualidad) y que se pone tediosa y compleja.

 

 

Pero estas creencias prejuiciosas y dicho sea de paso, erróneas, han contaminado un área de la literatura que, en la medida donde la apreciación de la misma crece, se vuelve algo mucho más compleja y relevante de lo que parece.

 

Primero, ¿qué tienen en común la poesía y las Personas Mayores?, bueno, no solo los tiempos de existencias. La poesía ha sido siempre una forma de expresión tanto lírica como narrativa, para contarle a los demás las grandes hazañas de héroes, los sentimientos de sus autores, las capacidades contemplativas y las reflexiones profundas de cada autor. Tiene como finalidad ir dejando poco a poco una herencia escrita y hablada respecto a la historia, sus protagonistas y como el tiempo va dejando enseñanzas que merecen ser rescatadas.

 

Las Personas Mayores cumplen, en la mayoría de los casos, la función de la poesía, por no decir que son poesías andantes. Hay tras esos labios y esos ojos, muchas cosas que contar, que relatar y narrarle a los demás, hay una línea de aprendizaje importante que las Personas Mayores pueden entregar. Hay una intensidad emocional sin dimensiones, hay hechos que sobrepasan la naturalidad y rozan la ficción, también hay dolores que necesitan verbalizarse. Al parecer, la poesía y los Mayores tienen más cosas en común.

 

Aparte de hacer mención en las similitudes, también tenemos que nombrar y recordar los aspectos psicológicos en los que la poesía cumple una misión importantísima. Una de ellas, y la que más interesa a las Personas Mayores, es el fortalecimiento de la memoria. Y es que la poesía misma es memoria, pero también es estimulación cognitiva.

 

Recitar poemas, aprenderlos de memoria, recordar frases que nos marcan, nos ayuda en el entrenamiento de la memoria a largo plazo y sus funciones de permanencia. Además, funcionando de manera paralela, también colabora en la estimulación constante de los recuerdos.

 

La empatía con el autor y sus relatos, nos genera un mecanismo de identificación, donde podemos empatizar, sentirnos comprendidos y asombrados también, de poder encontrar dentro de las líneas del poema, las sensaciones que no hemos sabido expresar, pero que otro también las siente y comprende.

 

La poesía pierde algo de sustancia cuando no hay quien la hable ni alguien que la lea, como quién se prohíbe de la belleza del mundo. Es por ello que los aspectos relacionados a la expresión oral son fundamentales en potenciar funciones psico motrices, como la modulación, la interpretación de lo que la obra pueda llegar a decir, y la comprensión del mundo interno.

 

Este tipo de literatura, es característica de encender el mundo interno de las personas, de movilizar fibras que nos recuerdan que estamos vivos. Este despertar emocional puede ayudar a comprender todos los cuestionamientos relacionados a los sentimientos, el cómo manejarlos, madurarlos, cambiarlos y valorarlos. Es más, complementando a este punto, también puede colaborarnos en consuelo y recuerdos a quien está solo.

 

Creo que es más que majadero comentar la importancia de la lectura dentro de la vida humana, el desarrollo cerebral y la madurez emocional. Pero no, es necesario reforzar los hábitos que nos permitan sacar lo mejor de nosotros mismos. Es por ello que la lectura de la poesía nos colabora como ejercicio y estimulación cognitiva. Esto se debe a que cada poema busca en su lector y/u oyente una visualización de lo que se relata. En estos puntos se puede ver el uso de diferentes procesos psicológicos de la mente: comprensión, lenguaje, concentración, memoria, interpretación e imaginación.

 

Todos y cada uno de ellos son actos beneficiosos para la conservación de nuestra salud mental. Paralelamente, también la poesía puede ayudar al desahogo emocional. La identificación es tanta, que las lágrimas encuentran la salida de nuestra visa, al tener al fin un recipiente al cual caer, el exterior, la liberación del mundo emocional hacia la comprensión del poema. Así se hace un trabajo que combate constantemente la aflicción.

 

Al parecer, la poesía no es solo una afición de pocos. Tampoco está ligada ni mucho menos condenada a ser parte de un elitismo de la literatura. No, la poesía es democrática, libre y mestiza. Quizá la parte compleja de la poesía no es ni leerla ni comprenderla, si no que escribirla.

 

Escribir poesía necesita de un ejercicio casi espiritual, más que muchas palabras difíciles o vida bohemia. Lo que se requiere es la capacidad de contemplar la vida, de caminar siempre pendiente de cómo se desarrollan las cosas en el mundo que nos rodea. De enorgullecerse de las cosas simples y poder hacer de ellas un relato de lo importante que es para cada uno, el sentirse vivo y darse cuenta de ello.

 

No nos podemos limitar a discriminar a la poesía como un género literario que está reservado para algunos pocos. La poesía es un idioma, una jerga que construye una realidad apreciativa. Es probablemente el único lenguaje del ser humano que apunta y habla hacia la verdad. Las personas mayores pueden aprender de la poesía, escribir poesía, leer poesía, recitar poesía, e incluso, ser un poema.